Capítulo 5
Comienza
el análisis clínico del elemento abstracto que llamó I. Para eso enumera los seis propósitos con los que un analista
puede decidir hablar. Intenta discernir cuales funciones se cumplen al
psicoanalizar y desde ellas estudia el pensar.
I.
Elige la toma de decisiones como un elemento del psicoanálisis.
II.
Esta
comprende seis propósitos o usos para los cuales el analista decide
intervenir, en lugar de seguir pensando. Equivalen a las funciones del yo. El
analista ejerce esas seis funciones sobre la masa del material que se le
presenta, modificándola cuando la investiga.
III.
Llama eje
sistemático al conjunto de los usos dentro de los cuales deben poder
clasificarse todas las intervenciones del analista.
I. La toma de
decisiones
Para
encontrar los elementos en las realizaciones, dada la naturaleza de su
investigación, Bion emplea el verbo "pensar" como un sinónimo de
psicoanalizar, por lo tanto, va a deducir qué cosa es "pensar" a
partir de los enunciados de los psicoanalistas, a partir de qué hacen ellos con
las ideas.
En
el capítulo anterior destacó lo desolador que es intervenir. Callar y pensar
puede ser difícil, pero tomar la decisión de hablar es desolador. El flujo del
río de su mente se detiene y ve una y otra vez un patrón constante.
La
toma de decisiones consiste entonces en la descripción de las funciones que
Bion emprende para comenzar a desplegar en la clínica el elemento abstracto que
en el primer capítulo llamó I. Sobre
el analista recae constantemente la decisión de intervenir o no. Eso promueve
en él componentes de soledad e introspección. El paso desde el pensamiento a la
acción trae como consecuencia un influjo sobre el ambiente, el paciente. Sobre éste recae una exigencia similar para
intervenir con asociaciones, tiene que tomar su propia decisión, también en
soledad, teniendo en cuenta su introspección.
Tomada
la decisión, el sentimiento de soledad es mayor, porque está sujeto a formular
sus intervenciones de acuerdo a criterios científicos. Debe hablar como
individuo, no como un miembro en el grupo de dos personas.
Encuentra
que tiene un determinado número de interpretaciones con características
similares y debe elegir cuál entre
ellas es correcta. Bion observa que las interpretaciones que conforman la
literatura psicoanalítica tienen algo en común: son teorías sostenidas por el
analista acerca de cuáles modelos y teorías tiene el paciente sobre él. En este
momento pensaba que las interpretaciones del analista son teorías o modelos que
se proponen y a veces logran producir un efecto terapéutico. Después consideró
que el fin del análisis es la investigación para hacer aportes a las otras
disciplinas sociales.
Reflexiona
sobre sus propias interpretaciones y las de la literatura psicoanalítica.
Muestra que se usan pocas teorías y además que todas sus intervenciones se
pueden agrupar en 6 categorías. Las teorías son: la teoría del complejo de
Edipo y la de la transferencia. Las intervenciones son múltiples, pero pueden
agruparse en esas seis categorías, según su función: pensar y el desarrollo del
pensar, su crecimiento. Su rumbo está marcado por las funciones del yo; con
seis subclases que permiten la adaptación a la realidad.
II. Los
usos:
I.
Definición
Tiene
la forma de “Esto que Vd. está experimentando ahora es lo que, en mi opinión y
en la de la mayor parte de la gente, se llama depresión. En tanto se trata de una definición, su contenido no
debe ser contradictorio. Sólo puede ser criticada en el sentido de sus
cualidades primarias. La precisión de la definición se limita a la acepción
generalizada, vulgar. El punto es que, en tanto definitoria, sólo afirma que el
fenómeno presente es uno y lo va a llamar así. Hoy estamos hablando de algo,
que la gente llamaría depresión. La precisión surgirá de la investigación, en
la medida que se desplieguen todas las funciones y se pueda pensar y aprender
en la experiencia.
Como
todos los elementos, tiene una función que se ejerce sobre la masa de material
de la sesión para poder pensarla. Esta función sería lo que nos ocupa ahora. La
función del yo que entra en juego es el lenguaje verbal. Conviene tener
una palabra para compartir con sentido común. El analista parte desde el
término con que sus predecesores han denominado el problema que quiere
estudiar.
En
"Experiencias en grupos" hay un ejemplo interesante que muestra que
todas las partes del trabajo implican dificultades y esfuerzos para superarlas.
Las masas tienen una inercia importante y las personas que las componen de
algún modo se deshacen del doloroso trabajo de pensar. Prefieren no hacerlo y
seguir a un líder, que piense y trabaje por ellos. Una ilusión pueril.
Una
mujer propone que cada individuo del grupo sea invocado por su nombre de pila[1]
y la propuesta parece una medida adecuada, porque, si las personas reunidas
iban a estudiar el influjo que la participación en un grupo ejercía sobre sus
neurosis, no era superfluo que se invocasen de alguna manera entre sí. Sin
embargo, por ser una propuesta de trabajo de un individuo, trae aparejados más
de un inconveniente y no puede cumplirse.
"Hipótesis
definitoria" tiene cierta afinidad conceptual con la columna 4 y
terminológica con la hilera F. Esta última también incluye en su nombre la
palabra "hipótesis", pero con otro adjetivo. Las hipótesis
científicas (F) son más complejas. Son hipótesis, ahora científicas, que forman
parte de un sistema teórico deductivo e implican un grado de sofisticación que
requiere un largo desarrollo.
Ha
elegido como ejemplo la depresión, el mismo tema del que se ocupa Wisdom. La
elección no es casual porque hasta el capítulo ocho, para simplificar sus
exposiciones acerca de la tabla, Bion habla sólo de situaciones donde la
facultad de referencia está conservada en el paciente, para después pasar al
terreno donde hizo sus principales aportes clínicos.
II.
2. Represión, y
En
la columna 2 se incluyen las formulaciones que dan por conocida una situación
desconocida para evitar un peligro mayor. Por ejemplo, como veremos más
adelante (capítulo XI), con un paciente que tiene un trastorno del pensamiento,
Bion interpreta que (el paciente) prefería tener una relación indirecta con
el analista, mediante una hermana analítica, en lugar de una directa. También
que vivía al analista como una hermana. Veremos que todas estas
interpretaciones son erróneas, porque cae en la trampa que le pone el paciente,
quien le cuenta que soñó algo que alucinó. Está ante una oportunidad
muy buena para afirmar, que las repeticiones y los errores forman una parte
importante de cualquier tratamiento psicoanalítico.
Formulaciones
de este tipo quedan incluidas dentro de la contratransferencia y ésta se define
entonces como algún proceder del analista, que comete un error por motivos
inconcientes. El analista puede usar entonces una teoría como una barrera que
lo aparte de lo desconocido. "Barrera" adquiere aquí una acepción que
se asemeja al término "barrera de contacto", pero en este caso el fin
es la intención de mantener aparte lo desconocido y por eso peligroso.
Esa es la función. Una situación se
reprime, no se nombra y otra aparece sustituyéndola, a pesar de ser
falsa.
Los
analistas pueden analizarse todo lo que deseen, pero nunca existe una
terminación exhaustiva que impida cometer errores de este tipo (Freud
1937).
La
terminología de este artículo alude constantemente a la del
"Proyecto". Si el analista
está por catectizar una neurona, que está incluida en el tren asociativo que el
pensamiento crítico señala oportuno recorrer, pero esa neurona está facilitada
con una neurona llave, optará por eludirla y apuntar a otra que no desencadene
displacer. "En lugar de complicarnos la vida enfrentando la angustia que
nos despierta lo desconocido, sigamos hablando de lo mismo, sigamos por los
desvíos habituales", tal es el signo de este uso.
Esta
es esta una función necesaria para pensar. Espontáneamente creeríamos que no,
pero forma parte del arsenal. Es una vicisitud frecuente e inevitable, que
tiene que ser tenida en cuenta. Es decir: los psicoanalistas pensamos así, con la columna 2 incluida y eso es
significativo. Un analista nunca puede tener todo el análisis que sería de
desear y por lo tanto va a entender en los pacientes, hasta donde entendió en
sí mismo. Bion exige a los analistas ir más allá de sus propios análisis. Es
decir que un analista debe partir del psicoanálisis como le fue legado y es
condición necesaria que lo modifique. Un físico que investiga fenómenos físicos
conmueve a la física con sus descubrimientos. El cambio catastrófico que
promueve podrá ser más o menos importante, pero debe conmover.
La
barrera se manifiesta en la sesión como resistencias que funcionan como señales
de angustia. Las interpretaciones provocadas por la contratransferencia deben
ser tenidas en cuenta en el procedimiento habitual de los psicoanalistas para
pensar y surgen ante la resistencia que tiene el analista a aceptar fenómenos
diferentes de los que ya conoce. Y es una función que forma
parte del pensar, que es imposible sin ella. Al investigar se llega a una
frontera desde la que partimos para encontrar lo desconocido yx: estar en K.
II.
3
Notación
El
analista intenta tener con el paciente una notación en común. Le propone tener
en cuenta tales y cuales experiencias, que tuvieron lugar. La notación es algo
que se les hace a las experiencias emocionales de la sesión, una función. No
quedan igual que antes, después de recordarlas. Es distinta de la primera
columna porque el analista no le pone un nombre a una cosa presente hoy, sino
que se anotan, tanto las experiencias que están ocurriendo, como las que
acontecieron antes, para que se tengan en cuenta varias experiencias
emocionales. Por supuesto para hacerlo formula una representación de ellas. La
función del yo es la notación o
memoria. La memoria parece corresponder al pasado y también al presente,
que en cuanto se menciona, pasa a ser pasado inmediato. El analista acumula
representaciones de varias experiencias emocionales, para después poder
estudiar cuáles le parecen significativas, porque se repiten.
II.
4: La atención
Las
interpretaciones de este grupo siguen el cliché “Me gustaría llamarle la atención sobre...” Representan un sistema
deductivo científico hasta donde un sistema así se puede expresar en términos
coloquiales. Es decir que constituyen una observación científica, que difiere
de la propuesta de Bion para el segundo elemento, porque el analista elige
un hecho nuevo, tal como Poincaré describe. Estas intervenciones ejercen
una función que se parece a la anterior, en tanto con ambas el analista busca
tener en común con el paciente una experiencia enfocada y ambas (3 y 4) son
representaciones para la experiencia de la cual se originan, que es un momento
de la neurosis de transferencia[2].
Ambas describen experiencias, para lo cual el analista selecciona algunos de
sus componentes y los verbaliza. Pero, a diferencia de la notación, con el
énfasis puesto en la última parte de la oración freudiana esperando una situación. La
atención según Freud detecta hechos,
por si es necesario volver a recurrir a ellos, en caso de que una urgente
necesidad de los mismos se presente después. Esta idea es fundamental para la
noción de preconcepción que Bion desarrollará.
El analista se
decide a intervenir para señalar qué conviene "hacer" (paciente y
analista) para poder pensar las experiencias emocionales en el tratamiento.
Propone una hipótesis científica: "Esto es una experiencia
depresiva", pero esta vez no se limita a ponerle un nombre corriente,
porque no se trata de una experiencia que el común de la gente conoce, sino de
algo nuevo que corresponde a lo que entre ellos dos sucede. También invita al
paciente a que esté preparado para encontrar experiencias semejantes, aunque
diferentes, que tengan elementos en común. El paciente intenta varias veces
reparar algo que arruinó en un juego o un sueño. El analista hace esto con un fin
ulterior, que es que el paciente mejore simplemente por conocer las
experiencias que describen. La mejoría obedece a que se moviliza el aprendizaje
a partir de la experiencia desde donde quedó estancado (fijado).
Por lo tanto, lo
que recalca la interpretación en (4) es la aparición de un fenómeno nuevo que
es sobresaliente, por estar conformado por elementos constantemente unidos
en las repeticiones, que convendrá tener en cuenta más adelante. En ese sentido
es que la atención actúa como una pre-concepción, porque existen
realizaciones aún desconocidas, que van a satisfacer después el núcleo de
semejanza entre las experiencias que se están enfocando ahora en esta
interpretación, que aparecerán cuando se indague (5) el sistema de creencias.
Las interpretaciones
de la columna 4 son semejantes a las de la columna 5, pero más pasivas y
receptivas, tal como se espera del ejercicio de una función materna
similar a la reverie. “Pasiva
y receptiva” son cualidades distintivas. Si fuese activa, la atención estaría
buscando algo que ya se conoce, siendo pasiva denota la expectativa de algo
desconocido hasta el momento en que se lo encuentra. Si tomamos como ejemplo el
que propuso Bion para este capítulo (la depresión), la reparación debe ser una
novedad en el proceso, no debe haber aparecido antes en el tratamiento. "Receptiva"
tiene que ver con que se trata de un fenómeno epistemológico y no lógico. Está
relacionado con la intuición y pertenece a la estética (Kant). Implica la
captación de algo (una idea nueva entre las experiencias emocionales que
importan) y no las relaciones lógicas que mantienen las distintas ideas entre
sí, como en las teorías o en el uso de la columna 5. Allí, en un sistema de
creencias las ideas se relacionan lógicamente.
La correspondencia
entre columna 4 y "reverie"
proviene del hecho de que se abstrae algo de la experiencia y por lo tanto se
aísla; algo que pasa a operar como pre-concepción para nuevas realizaciones que
puedan tener lugar. Esta función es
central para que surjan hallazgos en K y representa a la función que ejerce la
curiosidad de la madre por su bebé para encontrar datos significativos y su
ulterior desarrollo. Con relación a este uso, habría que definir dos acepciones
para reverie.
1º.- Sería la creación de pensamientos
en las primeras experiencias con la madre: allí está la "matriz" del significado.
2ª.- Esta acepción
incluye el hallazgo de experiencias que puede encontrar un analista.
Precisamente ésta es la función de la columna 4. Bion no se está refiriendo
ahora a una experiencia primitiva, sino a qué hace un analista con un material
convencional neurótico, un sueño, un síntoma histérico o cualquier otro, en el
ejemplo, una fantasía depresiva.
Se trata de una
formulación teórica tan precisa como el ejercicio de la clínica en las sesiones
permita y por eso debemos poder diferenciarla de las formulaciones que no son
teóricas. Estas últimas se refieren a aquello que es dicho sin mayor cuidado ni
precisión, como en columna (1). La atención en cambio es teórica, cuando
implica la descripción de algo que pertenece a un grupo de fenómenos semejantes
y permite la discriminación de un hecho seleccionado (aquello que da coherencia
y significado a los hechos ya conocidos, pero cuyas relaciones se ignoraban
aún).
Un sistema teórico
es un conjunto de hipótesis científicas relacionadas, que incluye premisas más
generales, de las que las demás pueden deducirse.
Las relaciones
lógicas rigen entre las hipótesis científicas dentro de los sistemas teóricos.
Ante una creencia del paciente acerca de qué está haciendo el psicoanalista, el
analista debe indagar en cual sistema de creencias vive este individuo, cuánto
lo han forzado a regresar los conflictos edípicos o la posición depresiva. Es necesario explorar cómo es el mundo donde
el paciente cree que se mueve, de cuales hipótesis está compuesto, para poder
comprender los malentendidos que existen entre él y el analista.
Los sistemas
teóricos del psicoanálisis existen por fuera de la tabla, pero entran en juego
cuando se la usa, tanto cuando uno reflexiona sobre los usos, como sobre las
hileras. Existe una hilera F, para las hipótesis científicas y otra para los
sistemas teóricos (G).
Resumiendo: la función específica de la columna 4
es la receptividad para el hecho seleccionado. Varios hechos, ya
conocidos, se ven ahora relacionados entre sí y esa relación es la coherencia
misma de la que surge la significación, que estaba antes, pero pensarla depende
de un observador interesado q5ue espera que un pensamiento lo capture. Es
inherente a las emociones que despierta un observador curioso y se produce
entre él y lo observado: otro ser humano.
II.
5
indagación
Las
interpretaciones en columna 5 pueden ser idénticas a las anteriores, pero se
usan como teorías para investigar lo desconocido. El ejemplo más obvio
es el empleo que hizo Freud del mito de Edipo, que lo llevó a construir la
teoría psicoanalítica. Cuando algo no está suficientemente comprendido, el
analista puede formular una interpretación buscando más material, por entonces
desconocido, para comprender mejor las relaciones entre los objetos. Una vez
que ha encontrado un hecho seleccionado, que constituye una hipótesis
científica, el analista emprende una ulterior investigación, experimentando en
las sesiones hasta que comprenda cómo se integra con otras dentro de un sistema
teórico deductivo que explique la psicopatología que rige la sesión a la luz de
las pocas teorías básicas. En un sueño buscará qué relación guardan entre sí
los personajes. Si la personalidad está preocupada, si siente responsabilidad
por la posición en que se encuentran acostados los padres en un tren, supondrá
que el paciente está en posición depresiva. (Klein 1935)
Bion piensa que el
mito que eligió Freud es extremadamente complejo y fructífero. Opina que Freud sólo utilizó algunos elementos
del mismo, por eso dice que lo abstrajo de una manera posible. Hizo
"una" abstracción: Edipo, Layo, Yocasta. Incesto, parricidio y
castración son los elementos que Freud delimitó. Una vez que formuló la teoría,
la usó con sus pacientes para investigar un universo hasta entonces
desconocido. Pero después el mito sirvió para investigar muchas patologías más
que las que Freud estudió cuando el mito le llamó la atención.
Existen impulsos a
investigar en todos los hombres afirma Bion. Postula algo parecido al impulso
epistemofílico de la Sra. Klein. Bion cree que la naturaleza humana incluye en
su bagaje genético, algo que condiciona al hombre a convertirse en un animal
político, que intercambia ideas con los otros individuos, acerca de las
funciones que tiene cada uno en la sociedad[3]. La
tendencia a no investigar surge de impulsos a vivir como un animal. Resulta
de las defensas esquizo-paranoides que evitan el dolor depresivo y fuerzan el
regreso a un estado filogenético tribal. Estos impulsos no están dirigidos a no
investigar en general, sino a no investigar acerca de la propia personalidad, o
sea el self y las relaciones que tienen sus partes con los objetos. No existen
impulsos a no investigar sobre el ambiente, incluida la persona del analista.
La personalidad del analista, tal como es imaginada por el paciente y no como
es, en cambio, justamente es el único tema alrededor del cual versan
inexorablemente las interpretaciones.
La intención de
búsqueda por parte del analista que indaga, en las interpretaciones en columna
5, quedará en evidencia de alguna manera (al margen de que la formulación de la
interpretación pueda ser siempre la misma para todas las columnas) y el
paciente la podrá captar, ya que Bion asegura que reaccionará en forma
diferente ante una interpretación 5 que ante una 1, 2, 3 o 4.
La columna 5 se
parece al pensamiento crítico del Proyecto en la descripción de las
intenciones, pero Bion acentúa sus cualidades cuando se la enfoca como un
fenómeno grupal; entonces adquiere además las características típicas de la
identificación proyectiva, tal como él mismo la describe. Es decir: es eficaz
para mostrar la intención de investigar, si encuentra otra mente humana. Algo
hace el analista (aunque él mismo no se dé cuenta de qué) cuando habla con
intención 5, que se transmite al paciente y provoca en éste una respuesta
diferente. Algo transmite que el
analista es un individuo curioso, con ambiciones de entender, que encuentra
alguna satisfacción en pensar.
Bion ha descrito
fenómenos de este tipo desde el comienzo de su obra. Recordemos cómo
reaccionaban los miembros de los grupos cuando el analista quería hacer lo que
había prometido y con lo cual todos se habían mostrado de acuerdo. Sentían
rechazo hacia él. No lo querían ya, como líder, y le decían que era un
paranoico que hablaba siempre acerca de sí mismo. No hay ninguna dificultad en
encontrar situaciones parecidas en los tratamientos individuales, cuando un
paciente dice exactamente lo mismo: que el analista es una persona caprichosa
que quiere relacionar todo consigo.
Tengamos en
cuenta, que si el analista encontró como hecho seleccionado la existencia de
una ansiedad de castración en un sueño (4), ahora debe investigar cómo están
involucrados el paciente y él en medio del problema de la castración: al menos
alguno de los dos tendrá que representar al nene, y otro a la madre. Alguno de
ellos, u otro personaje, puede terciar como el padre, pero la interpretación,
siempre le va a caer al paciente como un rectoscopio.
El impulso a
investigar del analista encuentra –a pesar de todo- también un eco favorable en
un correspondiente impulso del individuo que el paciente es y eso crea el
estímulo para la colaboración. Esta es la reacción del paciente neurótico. En
términos grupales la situación correspondiente está en las participaciones de
los individuos colaborando. Sin esto, lo anterior empalidece la reacción que
corresponde a las resistencias de los pacientes. Estas abarcan desde las que
describió Freud inicialmente, hasta las que provocan las ansiedades psicóticas
de Klein y las del paciente psicótico de Bion.
La respuesta del
paciente es más dramática a las interpretaciones del tipo 5. No tendría por qué
tener una gran conmoción ante una intervención en la columna 1, que se limita a
titular, con el nombre que la mayoría de las personas le pondrían al problema
del cual se están ocupando.
En cambio, si la
interpretación es columna 2, el paciente le hará saber al analista, en el mejor
de los casos que está yendo por mal camino. Un analista comienza a analizar a
su paciente, teniendo como fondo lo que ha aprendido en sus experiencias
previas y desiste de usarlo, sólo si comprueba que sus interpretaciones no
provocan crecimiento en el proceso. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta
que no se puede descubrir lo desconocido, sino teniendo como trasfondo lo que
se conoce ya. En el peor de los casos un
paciente dará la bienvenida a una interpretación del tipo 2, como ilustra el
ejemplo de la reversión de la perspectiva.
Las
interpretaciones tipo 3 crean pocos problemas, ya que sólo operan como un recordatorio y todavía no
delatan el propósito con que se anota. Se puede anotar por anotar, para
registrar en un libro de actas, o para proseguir la investigación.
Las
interpretaciones 4 ya indican que el analista es un científico, porque encuentra hechos seleccionados, pero tampoco
despiertan gran reacción, porque el paciente puede creer que lo están tratando
como a un colega que estudia geografía o algo así: psicoanálisis.
Los problemas
surgen cuando el analista hace una interpretación en columna 5, como vimos, porque ahora queda claro que el analista
quiere estudiar la personalidad del paciente en su interacción con él, en la
transferencia, no sobre los hechos del mundo exterior. Klein (1957) tiene
muchos ejemplos de esto en "Envidia y Gratitud", especialmente en el
comienzo de la sesión del sueño del pescado y el anzuelo.
Una función que se
puede cumplir para pensar los pensamientos es entonces ésta: incluir los hechos
seleccionados en sistemas deductivos científicos mediante la experiencia en el
consultorio.
Esta columna
corresponde a la función que Freud había llamado juicio. El analista no
trata de discernir necesariamente una alucinación de una idea (aunque a
veces ése puede ser el cometido, como es en el caso de la perspectiva
revertida), sino de pensar cómo intervienen las formulaciones del paciente en
la transferencia, qué significación tienen. El analista debe preguntarse si son
un intercambio de ideas para investigar la situación edípica, mientras el
paciente conserva simultáneamente la noción de que el analista es su analista y
sólo en la fantasía participan de una escena primaria, porque puede ser que
no, que el paciente piense que la interpretación no es parte de un
intercambio científico, sino otra cosa. Los dichos del analista pueden tener
diversas significaciones para el paciente. Pueden ser consideradas consejos,
clases magistrales, órdenes, invitaciones sexuales, balas, jeringas extractoras
de vida, etc.[4]
Este tipo de
interpretación, si es exitosa, debe producir lo que Klein llamaba insight
inconciente, pero no un salto en la elaboración. Permite aumentar la capacidad
de exploración en una misma capa de las catáfilas de la cebolla. La elaboración
queda para la siguiente columna (6). La 5 aumenta la comprensión de las reglas
de un mismo sistema de creencias intrapsiquicas. No promueve un progreso al
sistema de creencias más desarrollado.
II. 6
Acción
La intención de una
interpretación de la columna 6 es que la comunicación capacite al
paciente para llevar a cabo soluciones para sus problemas de desarrollo.
"Solucionar problemas del desarrollo" implica que el proceso
psicoanalítico conforma la reedición de un desarrollo, que no fue normal
originariamente, y ahora ofrece la chance de corregir segmentos del mismo. Con
este uso, la interpretación del analista
modifica su ambiente, que es la personalidad del paciente. Esta es una idea
afín a la teoría que Klein tenía de curación, expuesta en "Envidia y
gratitud", donde afirma que el análisis desarrolla el proceso de
elaboración (working through) que Freud había descripto en
"Recuerdo, repetición y elaboración".
Las demás
formulaciones, de 1 a 5, no tienen la misma significación en cuanto a cambiar
el ambiente, no producen un salto cualitativo en la de personalidad. Hablar
desde columna 1 a 5 está más cerca de pensar que de actuar.
Actuar tiene que
ver con modificar la realidad en "Los dos principios del suceder
psíquico". Bion describe así sólo a esta columna. De col 1 a 5 el analista
puede llegar a comprender lo suficiente, como para predecir que un cambio va a
ocurrir, entonces están dadas las condiciones para el mismo. El hecho
seleccionado se encuentra en 4 y se investiga en 5. Cuando todas las hipótesis
del sistema deductivo de creencias endopsíquico vigente se han conocido, tanto
las metas, como los peligros de las interacciones mutuas, entonces el analista
puede predecir que, luego de su interpretación, se producirá un cambio.
Dos ejemplos: El
primero se refiere a una indagación de la posición depresiva y el segundo a una
reparación del yo.
Primer ejemplo:
Después de un largo trabajo en el análisis, el paciente A de "El mellizo imaginario" recupera
la binocularidad, que Bion asimila a elaborar la posición depresiva. El
paciente ya no teme, como antes, a sus mecanismos, ahora personifica[5].
Puede desplegar sus fantasías, sin correr riesgos de que acontezca un
desastre.
En este momento
siente un peligro inminente diferente: La mamá, que en la transferencia es
Bion, le reclama que venga a sesión con su parte potente, la que puede resolver
sus problemas. Sus problemas consistían en curar a una muchacha[6], que
padece infecciones venéreas provocadas por dos penes: 1°) el del paciente, que
consultó por ideas obsesivas (anales) acerca de aplicar inyecciones
contaminantes, que ahora se manifiestan en la transferencia y 2°) el de un
oculista que representa a su padre.
Debido al
tratamiento, en este momento importan cuestiones genitales (ya no las anales),
entonces la cura se va a efectuar con un coito reparador transferencial. Bion
interpreta precozmente sus creencias, con lo que logra que las emociones
permanezcan en la fantasía, sin perturbar la posibilidad de que el paciente
colabore con él con adecuación. Su problema evolutivo, su responsabilidad es
curar a su madre (la muchacha) y lo va a lograr, pensando sus sueños en las
sesiones. Así la reparará.
Segundo ejemplo:
En la sesión de "Diferenciación de
la personalidad psicótica de la no psicótica", Bion ha venido
explorando la identificación proyectiva de la atención. Cuando aparece la asociación de los
anteojos oscuros: “Le
dije que sentía su vista, los anteojos oscuros, como si fuesen una conciencia
que lo castigaba, en parte por haberse deshecho de ellos para evitar el dolor,
en parte porque los había usado para espiarme a mí y a sus padres.” Este es otro ejemplo de interpretación en columna 6.
Después comenta cuánto llegó a comprender con respecto a los anteojos en
relación con la escena primaria. Como considera exhaustiva su investigación de
ese sistema de creencias, formula una interpretación que recoge varios de los
elementos que lo componen. La respuesta es "Brillante interpretación".
Esa frase del paciente indica que el cambio ya se ha efectuado; de no ser así,
el paciente hubiese dicho: "Perfumada interpretación". Ha recuperado
la vista, la atención. Aconteció un
cambio evolutivo, ahora el paciente ha reparado su yo (un problema de la
posición esquizo-paranoide) y enfrentará durante el fin de semana los problemas
de la posición depresiva.
Una vez que se
toma la decisión de intervenir en columna 6, se modifica la realidad que se
investiga. Las interpretaciones tipo 5 permiten comprender un sistema de
creencias intrapsiquicas, pero las del tipo 6 mudan al paciente a otro sistema
de creencias.
Las consecuencias
más dramáticas para la interpretación en columna 6 son para el analista.
Es a él a quien lo asalta el sentimiento de soledad por la acción que la
interpretación provoca. Ya no busca comprender más detalladamente la situación
que comparte con su paciente, ahora sabe que ese sistema de creencias que le
había permitido sentirse junto a su paciente (si el analista no sintiera en
consonancia con el paciente, no podría comprenderlo) está condenado a la
extinción. Sabe que se operará un cambio que es independiente de su voluntad.
La definición de
acción que emplea Bion es sutil y diferente de la que empleaba Freud, en
"Los dos principios del suceder psíquico", al menos aparentemente.
Habría que profundizar qué quiere decir Freud en ese artículo tan oscuro. Bion
comprende en común con su paciente y después ejecuta una acción, que no es
parecida a las acciones específicas que describía Freud; si tomamos como
referencia los modelos típicos del coito o la alimentación. La acción
específica que Bion pone en juego, cuando interpreta, es la de promover el
desarrollo. Cuando modifica el ambiente, lo que está haciendo parece una
crianza, sólo parece. En la función (6), la acción específica es en K:
investigar cambios en el desarrollo.
Bion
trabaja también per via di levare. Si
no, intervendría algún tipo de magia que sugestiona y la acción no es
científica. Lo único que hace es desplegar en sus interpretaciones los “qué”,
el “cómo” y los “por qué” de las experiencias emocionales, que ha venido
investigando en 5. Así: “qué, cómo y por qué”, es como los llamaba en
"Ataques al vínculo". En los términos de este libro, diríamos que
describe: la personalidad en relación con sus objetos, las funciones que estos
cumplen entre sí y los riesgos que corren, aclarando la lógica interna del
sistema de creencias endo-psíquicas.
Es una acción
delicada, ignorante del resultado que sobrevendrá. A la vez no es caprichosa,
porque el analista tiene libertad para elegir, pero el rango disponible está
determinado por el vínculo que lo une a su paciente.
También puede
ocurrir que el analista intente varias I.6
y que a veces se produzca el cambio y otras no. Pero llama la atención que Bion
plantea la columna 6 como si el analista se propusiese, una vez que ha
alcanzado suficiente conocimiento, producir un cambio. Predice que el cambio va
a ocurrir, no lo desea. Como científico, está obligado por las circunstancias a
provocar el cambio.
III. El
eje sistemático. I
Bion plantea que
necesita pocas categorías para los usos. Su proyecto es construir la tabla y si
eligiese muchos usos, tendría demasiados casilleros, mientras él pretende un
número del orden de las decenas. Ese no es el motivo principal, tiene como base
las funciones del yo[7].
El hecho de que
insista en que la misma formulación puede ser empleada con todos los fines que
llamó usos, parece contradecir lo que hemos comentado. Supusimos que una
interpretación 1 es más sencilla que una 6 y no nos retractamos, porque en
general debe ser así. Sin embargo, lo que dice el analista tiene valor en
función de lo que han venido trabajando, antes, ambos. La situación es parecida
a una declaración en el bridge. El
valor de la declaración depende del contexto. "Un sin triunfo" –dicho
de entrada- anuncia una mano muy fuerte, un desafío a los contrarios y un
reclamo de colaboración al compañero, pero –como respuesta, si la declaración
de su compañero lo obliga a hablar- puede ser una confesión de debilidad.
Estas categorías
que considera esquemáticas, se aplican a los usos para los que se destinan
pensamientos (sueños o interpretaciones), formulados en palabras. El analista
predominantemente piensa, tanto cuando calla, como cuando interpreta desde 1 a
5, después predominantemente actúa, en tanto espera un cambio (↓).
En el capítulo
consideró un aspecto particular de lo que puede ser llamado pensamientos, que
corresponde a los pensamientos después que han sido representados enunciados.
Caracterizó a “I” según los usos para
los que se las empleó. Hasta acá ha descripto el eje horizontal de la tabla;
para seguir describirá el vertical que corresponde a una clasificación de las
ideas, según su grado de sofisticación y a su exposición genética -la del grado
de desarrollo- para después entrecruzar ambos ejes. Mientras que aquí, en los
usos, no importa el tiempo porque está estudiando la toma de decisión para
intervenir del analista o el paciente en una sesión cualquiera, en el capítulo
siguiente va a estudiar el proceso y no una sesión y allí sí cuenta el tiempo.
Un esbozo de los
sistemas de creencias y sistemas teóricos
Nos ocuparemos de
tres temas: partiremos de lo que Wisdom llama, en el artículo citado por Bion, los
sistemas de creencias endopsíquicos. Pasando por lo que Bion llama las
teorías psicoanalíticas; finalmente intentaremos mostrar cómo está constituido
el árbol del sistema teórico y qué ubicación tienen en él las diferentes
hipótesis científicas que conforman los sistemas deductivos científicos.
A) Los sistemas de creencias: Sabemos que los psicoanalistas hablan de las teorías
que tiene el paciente acerca del analista. Teniendo en cuenta la teoría de la
transferencia, el analista va a encarnar alguno de los personajes
pertenecientes al sistema de creencias en que el paciente está fijado, según el
cual, mantiene relaciones con su ambiente. Este sistema corresponde a una teoría
sexual infantil, pero recordemos que dichas teorías evolucionan y son fruto de
la investigación que el infante hace de la relación con sus padres. El paciente
se manifiesta en la fantasía como un sobreviviente, que cree que en el
mundo rigen todavía las transacciones con la moneda corriente que circulaba en
el momento en que detuvo su investigación: quiénes intercambian, qué y cómo,
integran el sistema de creencias. El psicoanálisis, para describir esas
creencias, propone hipótesis científicas que pertenecen a un cuerpo teórico,
cuya formulación de mayor nivel es la teoría del Complejo de Edipo. Cuando el analista interpreta una teoría del
paciente acerca del analista, tiene en cuenta, a su vez, estas teorías, estos
sistemas deductivos científicos, que describen las creencias que el paciente
tiene acerca de qué está haciendo el analista (cuáles funciones cumple).
Cuando encontramos
una creencia del paciente, nos proponemos investigarla y descubrimos otras que
se integran en un sistema deductivo, dentro del cual hay varias hipótesis. Si
alguien quiere decir algo acerca de una hipotenusa, implica un universo
compuesto por un ángulo recto, dos agudos, dos catetos y tres vértices, además
de la hipotenusa. No existen en ese universo dos ángulos rectos ni ninguno
obtuso. Si en cambio alguien se preocupa por la castración, se supone que
existen personas con pene y otras sin pene y que hay agentes interesados en
castrar. Es decir que el paciente cree que, dentro del consultorio, hay
personajes interesados en cortar penes, y hay que determinar quiénes lo tienen,
quien los corta y cómo se pueden perder, para comprender el sistema.
B) Las teorías
psicoanalíticas
Las teorías del
analista deben ser pocas y coinciden con todas las creencias del paciente. Sólo
las creencias comunes a todos los individuos componen las teorías
psicoanalíticas. Bion considera que la del complejo de Edipo es la más
importante. Adoptemos una posición muy radical: Todas las interpretaciones que
hace un psicoanalista deben estar incluidas en la teoría del complejo de Edipo
(ampliada convenientemente). Entonces, una interpretación para ser tal, tiene
que mostrar cómo está la escena primaria, la seducción y la castración, aunque
estos tres componentes puedan estar desdibujados en la realización.
Otras dos teorías
que Bion sostiene pertenecen a Klein, son la de las posiciones y la de la
identificación proyectiva. Esto tiene dos consecuencias inevitables. La primera
es que eligió como elementos a ♀♂ y Ps « D. La
segunda es que obliga al analista a concebir la situación edípica (la escena
primaria, las interacciones de los participantes, incluido el superyó) cursando
en una evolución regular a lo largo del tratamiento, desde versiones más
tempranas a otras más sofisticadas que las superan y que son las que permiten
reconstruir el desarrollo evolutivo del infante: posición esquizo-paranoide ® posición depresiva ® complejo de Edipo
tardío. Esto imprime un peso enorme al trabajo en sesión a lo largo de los años
y rara vez es tenido en cuenta entre nosotros, salvo por parte de algunos
analistas kleinianos. A diferencia de Meltzer[8],
Bion no cree que el curso del tratamiento sea regular, compuesto por etapas que
se suceden necesariamente, sino que cada analista debe encontrar su camino en
cada tratamiento.
Pero la teoría de
las posiciones parecería oponer una dificultad para nuestra premisa inicial,
por la que aceptamos a la teoría del complejo de Edipo como la de más alto
nivel a la que deben subsumirse las demás, porque según Klein el complejo de
Edipo aparece después de que la posición depresiva se supera. Pero la versión
modificada del complejo de Edipo abarca el desarrollo del infante desde los
estadios más tempranos y el problema descripto desaparece.
La idea de la
reparación supone la existencia de personajes sanos, que participan del
complejo de Edipo. Estos son injuriados por ataques, que los convirtieron en
enfermos, dañados o moribundos, pero conservan la esperanza de recuperarse. Por
lo tanto, la teoría de la posición depresiva no es incompatible con la del
complejo de Edipo, sólo requiere que se añadan algunos personajes a los
clásicos (que según Wisdom estaban implícitos). La reparación es la función que
llevaría a los personajes, de este mundo de la posición depresiva no superada,
a transformarse en los del Edipo clásico.
Los personajes de
la posición esquizo-paranoide se parecen poco a los del Edipo. Eso no impide
que existan algunos que corresponden al self y otros a los objetos. Klein (1940)
supone que la posición esquizo-paranoide es una etapa que se atraviesa, pero
además es un estadio al que se regresa cuando se enfrentan las dificultades
para resolver problemas (los de la posición depresiva y todos los que implican
aprender por la experiencia). Bion supone momentos depresivos y escisiones que se
alternan repetidamente desde el comienzo de la vida. La visión que el infante
tiene del mapa del mundo, con él incluido, no es similar a la de la geometría
de Euclides, ni tampoco a la que postula Klein con personajes en el mundo
interno y otra de personajes del mundo externo que también tienen su propio
mundo interno y un mapa del externo. Originariamente el mundo es fantástico,
después se construye la realidad.
También podríamos
utilizar las ideas de Bion acerca de los grupos de supuestos básicos para comprenderla
y suponer a los pobladores y sus relaciones como precursores de los personajes
y las emociones del Edipo, sobre los cuales se tienen que ejercer diversas
funciones para que lleguen a ser los seres humanos del Edipo definitivo. Esta
segunda forma no excluye a la primera, por el contrario, es otro enfoque que da
por supuesto al anterior, pero permite observarlo con nuevos instrumentos.
C) El árbol de las
hipótesis científicas
Tres niveles de
omnipotencia:
Resulta más
sencillo encontrar ejemplos de creencias endopsíquicas, que imaginar, una vez
encontradas, cómo concibe Bion las teorías para indagarlas en el paciente y
entonces formular interpretaciones, porque él no es explícito en cuanto a
cuáles son las teorías que adopta, más allá de postulaciones muy generales.
Estas teorías deben explicar los sistemas de creencias de los pacientes y
seguramente siguen los lineamientos kleinianos. En el capítulo XI hay un
ejemplo que implica una novedad, antes no mencionada, donde le interpreta a su
paciente que “no entiende las interpretaciones”. Como sucede con los genios, es
difícil encontrar discípulos que se le parezcan. Pienso que Hannna Segal y
Betty Joseph lo logran en buena medida.
Para plasmarlos
sumariamente, partamos de una interpretación parecida a la que él eligió como
ejemplo para la dimensión del mito, "como si la niñera le fuese a pegar al
nene porque se portó mal". Así, levemente modificada, puede servir como
ejemplo para la descripción del paciente de "Diferenciación de la
personalidad psicótica de la no psicótica", después de que hizo el lío con
las monedas y el encendedor, ya que el paciente está preocupado por el
desparramo que armó y cree que Bion no espera que un paciente haga ese tipo de
desastres en el consultorio, sino que asocie como Dios manda. El paciente tiene
una emoción asociada con la niñera, que guarda analogía con otro peligro más
clásico y universal presente, tanto en las creencias endo-psíquicas, como en
las teorías psicoanalíticas, un castigo. El prototipo del peligro es, en la
teoría clásica del Edipo, la castración. Entonces podríamos pensar que la
hipótesis científica psicoanalítica, apropiada para esta situación es esa: la
amenaza de castración. Pero el elemento peligroso (o el objeto formado por
elementos) que amenaza es la niñera. Bion podría representar en la sesión a
alguna niñera que el paciente tuvo (como la nana del hombre de los Lobos), pero
aquella niñera no es un hecho generalizable y no puede formar parte de una
teoría psicoanalítica. Su lugar en la teoría debe corresponder a un objeto
general. El objeto amenazador en la teoría freudiana es el padre, pero Klein
propuso también a la madre para ejecutar esa función. En la sesión que estamos
citando es la madre quien le podría sacar cosas de adentro tanto al paciente
como al analista.
Cuando el analista
interpreta, encontrando un hecho seleccionado, comienza una tarea que lo obliga
a determinar cómo funciona ese fenómeno dentro del sistema de creencias
endo-psíquicas del paciente, que no son generalizables. Para eso debe indagar
el sistema de creencias, utilizando sistemas deductivos científicos, que tienen
un lugar propio en el árbol de las teorías psicoanalíticas, donde se articula
con los demás sistemas deductivos científicos, formando una red de hipótesis
científicas lógicamente articuladas.
Entonces el grado
de omnipotencia con la que actúan los personajes dentro de un sistema tendría
un lugar central, porque las creencias del paciente no tienen por qué ser
generalizables ni lógicas, si las comparamos con la lógica del sistema de
hipótesis del analista. Pero sin embargo el sistema ha de tener alguna lógica
interna, aunque esta incluya algún tipo de magia. Mientras tanto el sistema
teórico del psicoanálisis tiene que funcionar necesariamente con la lógica de
las ciencias, no puede funcionar omnipotentemente, sino proponer explicaciones
regulares para la ocurrencia de fenómenos y contemplar las relaciones que
guardan entre sí.
Por ejemplo: Si un
nene cree que las mujeres son hombres castrados, y cree además que es capaz de
convencer a la madre para que tenga relaciones sexuales con él y escapar del
padre, que se lo prohíbe, o destruirlo para luego, pasando sobre su cadáver,
tener relaciones sexuales con la madre, entonces y sólo entonces tiene miedo a
ser castrado y por lo tanto de ser convertido en una mujer.
La teoría del
Edipo, ampliada ya por la del Edipo temprano de Klein, gracias al empleo de la
Tabla y la nueva versión del Edipo de Bion (que nos impone encontrar primero la
significación de los dichos y sólo después su significado) nos posibilita
determinar en cuál, entre los varios sistemas de creencias posibles, se mueve
el paciente, dando por descontado que esos sistemas se corresponden con los
estadios evolutivos del desarrollo infantil.
I) El sistema de
creencias tardío: Aquí el infante
supone que la madre es una persona lozana y deseable, a quien se puede
persuadir para tener relaciones sexuales, mediante argumentos o por la fuerza.
Como Penélope, tiene muchos pretendientes, a los que no se les reconoce
diferencias entre sí, a pesar de que Odiseo maneja el arco y la flecha como
ningún otro. Los pretendientes son todos los varones, incluidos los que viven
en la casa, o sea todos aquellos humanos que tienen pene. Entonces, para
decidir quién se acuesta con ella, es necesaria una batalla entre los varones.
Otro método, menos heroico (nada ausente de los mitos), sería actuar
solapadamente, cuando el varón que la posee legalmente está distraído, como por
ejemplo Paris[9].
Esta teoría del Edipo es tardía para los kleinianos y la ansiedad
correspondiente sería una ansiedad neurótica, la de castración. Es un sistema
de creencias muy elaborado, compatible con la formación de sueños al que Bion
suele aludir como "rivalidad edípica".
Naturalmente
pueden existir sistemas de creencias más o menos desarrollados concebibles como
sub-etapas dentro del Edipo tardío; veamos algunas sin intentar ninguna
precisión: a) La madre, de ninguna manera se va a acostar con un varón que no
produzca semen y no la mantenga aportándole el confort que ella necesita.
Entonces los únicos rivales del padre son los varones grandes y los nenes
quedan descartados de la porfía. b) la madre se vende al que le dé más confort,
incluido el placer sensual del coito, importándole muy poco el semen. c) La más
sofisticada es la que se rige por la ley del incesto. Todas estas creencias son
para Bion "rivalidad edípica".
II) El sistema de
creencias intermedio: Este
sistema corresponde precisamente al ejemplo que Bion propuso: la depresión y la
ansiedad psicótica depresiva. La madre es una persona también aquí, pero está
maltrecha. El problema con esta madre no es convencerla para que tenga
relaciones sexuales (por el contrario, muchas veces las reclama, como se puede
rastrear en los ejemplos de Bion de "Volviendo a pensar"), sino que
ella no está bien. Se está muriendo o está muy enferma, la enfermedad la
envejeció, a veces es contagiosa, por eso quiere tener relaciones sexuales, no
por placer, sino por necesidad y no puede tener hijos. La prioridad es curarla.
Pero además hay que hacer profilaxis constantemente para evitar que la vuelvan
a enfermar, o peor aún que la maten. Existen muchos enemigos que quieren
matarla. Tanto para curarla como para enfermarla interviene algún tipo de
magia. Resumiendo: hay una madre enferma, muchos enemigos (padres hermanos y
vecinos) y algunos magos, entre los que se cuenta el yo bueno que quiere curar
a la mamá. Curarla es una tarea muy difícil, casi imposible, pero es
imprescindible para llegar a la seguridad y a la felicidad. Importa mucho que
tanto el instrumento de la cura como el agente de las injurias son muy
parecidos, son todos penes.
Si bien estos son
los personajes fundamentales, existen otros, como una mamá asexuada que le infunde
esperanzas al self, pero bajo la condición de que sea muy puro y noble. También
hay brujas de sexo incierto, pero son personajes originarios del sistema de
creencias más primitivo, que sobrevivieron y siguen habitando también este
territorio. En este nivel también los sueños son un modo habitual de expresar
las emociones.
III) El sistema de
creencias primitivo: Por
fin debe haber un estadio en que no se pueda concebir siquiera una madre
maltrecha. Seguramente podríamos dividir también esta fase en sub-estadios,
pero bosquejemos sólo los grandes rasgos. Acá sólo existen seres animados, o lo
que es lo mismo, no hay diferencias entre hombres y muebles. La diferencia no
pasa por que nadie tenga intenciones, sino que todos las tienen, pero nadie
tiene pasión. El modelo más accesible es una novela de terror o un dibujo
animado. Una silla puede caminar y matar, por ejemplo. Los fantasmas -seres que
no están ni muertos ni vivos- fueron estudiados por Klein tempranamente, por lo
menos están descriptos en 1934 en el sueño del Sr. C (aunque este paciente está
en el estadio que llamamos intermedio) y por ende Klein los debía conocer desde
antes de esa fecha.
Pero la
descripción que sirve de centro alrededor del cual giran las formulaciones de
Bion para la etapa esquizo-paranoide está en l946. Perder la vida es el
fenómeno que describe Klein a través del paciente que dice: "Entiendo eso
que usted dice, pero no siento nada". Este es el modelo para estar muerto:
no tener pasión. Un suicidio es eso, hacer algo para que deje de latir "el
corazón". El procedimiento a emplear no es necesariamente, aunque puede
ser, pegarse un tiro para que deje de funcionar el miocardio. Pueden usarse
menos espectacularmente, pero con igual eficacia los mecanismos esquizoides.
Bion ya había
desarrollado sus ideas acerca de cómo es este mundo en "Dinámica de
grupos", y desde allí se propuso conmover al psicoanálisis con sus
descubrimientos. Creo que el mundo en la posición esquizo-paranoide se debe
parecer a los grupos de supuestos básicos, donde no hay pasión, aunque sí
violencia. No se canta, ni se hace poesía, ni se convence a nadie razonando, ni
siquiera se cura, aún con procedimientos primitivos, porque esta es una
organización del grupo de trabajo.
Pero debemos
encontrar una traducción de los miembros de los grupos de supuestos básicos en
términos infantiles para el grupo especial que es el psicoanálisis, bipersonal
y con privacidad. Tenemos que precisar personajes con funciones y además
emociones asociadas de tipo muy primitivo. Recordemos que no pueden existir
representaciones, porque no hay desarrollo ni pensamiento. Como en los grupos,
las cosas son lo que son. Entonces existen dos categorías fijas: los líderes
que van adelante y los seguidores, que van detrás. Eso no se discute ni se
piensa, es así. Si alguien no lo cree, este debe ser neutralizado, aislado o
ignorado.
En los mitos los
que se resisten a ser miembros obedientes del supuesto básico son expulsados
hacia abajo. Los líderes y sus fieles seguidores están arriba y los individuos
abajo, como queda claro en la torre de Babel y en la Caída. Arriba es un lugar,
donde todo está bien, es el lugar de la seguridad, el estado perfecto que
describe Melanie Klein en "El sentimiento de soledad", abajo existe
siempre una comprensión imperfecta. Si alguien piensa, sufre de soledad, como
la señora que sueña que está sola en la playa, con las gaviotas que
sobrevuelan.
Los habitantes de
arriba, Yahveh y algunos ángeles, saben todo, todo pueden, gozan todo, y
destruyen a quien quiera llegar allí. Los que están abajo tratan de subir, pero
no sólo se les impide, sino que les confunden sus lenguas, para que no puedan
colaborar entre sí. El mito representa de este modo que el lenguaje verbal no
rige en el funcionamiento en supuestos básicos entre los miembros y en el
psicótico a menudo no está articulado y no se emplea en el intercambio con el
analista. Dentro de un grupo de supuesto básico, todo parece estar resuelto,
pero eso no es verdad por mucho tiempo. El hombre no es una cebra y por lo tanto
no puede permanecer mucho tiempo en un supuesto básico como si fuese un animal
pastando en la pradera. Surgen enseguida dos tipos de dificultades.
1ª serie de
dificultades. Las inherentes al mismo supuesto:
Estas dependen de
que algunos miembros pueden sentirse insatisfechos con su posición respecto del
líder, porque no quedan suficientemente cerca de él. Estar junto al líder (el
objeto idealizado) da mayor seguridad y los demás miembros son un estorbo por
la voracidad. Además, para cada líder ocasional es muy difícil parecerse al
objeto idealizado y si no logra cumplir con su rol omnipotente, debe ser
reemplazado. El líder es además omnisciente. Un líder duradero debe ser muy
loco, pero Bion opina que sujetos tan psicóticos son fáciles de encontrar.
2ª serie de
dificultades. Las inherentes al
surgimiento de colaboración entre los individuos.
Los hombres tienen
una desgracia o una gracia que no tienen aparentemente las demás especies.
Pueden plantearse problemas acerca de ellos mismos. Antes bastaba saber quién era
el líder y seguirlo, con esta novedad surge la desorientación. Ahora no saben
nada, tienen una capacidad negativa, que debe ser desarrollada, pero para eso
hace falta la esperanza de encontrar otro individuo con quien usar el método
dialéctico, que requiere sentido común para crear un desarrollo científico,
cosa que en el supuesto básico no existe.
Pero si
trasladamos esto mismo al proceso psicoanalítico, los habitantes de la posición
esquizo-paranoide tampoco han de ser humanos. En términos kleinianos son los
contenidos del cuerpo de la madre. Por lo tanto, los personajes de esta etapa
son: pechos que tienen toda la sabiduría, pero la dan cuando quieren y sólo a
los puros. Pechos que se reservan la sabiduría por mezquindad. Pechos que se divierten
entre ellos. Pechos que batallan contra los aspirantes a conseguir sus poderes,
que son tenidos por nenes malos. Pechos que amamantan sólo hijos dilectos.
Penes que se divierten con los pechos. Penes que se entretienen en fabricar
sabiduría secreta con los pechos, pero no se la dan a quienes la necesitan.
Penes-diablos enemigos de los pechos, rodeados de mujeres perdidas y
lujuriosas. Angelitos bebés buenos que están junto al pecho bueno y ángeles
malos que pelean junto al diablo. Ángeles lujuriosos que participan de fiestas
dionisíacas con los penes y los pechos. Esta enumeración no pretende ser
exhaustiva.
Las metas son
distintas según quien las sostenga. Serán unas para un miembro (los psicóticos
que evaden la frustración) y otras para un individuo (paciente psicótico que
intenta encontrar socios para un grupo de trabajo). Para un miembro lo
principal es estar cerca del líder. Para el individuo es aprender, lo que lo
lleva a cuestionar y enfrentarse al líder.
El peligro
consiste en el exilio de la seguridad.
Acá no existen los
sueños o se rompen en cuanto aparecen. Si aparece un sueño, se lo reconoce y se
ataca al soñador. El objeto madre es precisamente el que fabrica esos sueños y
por eso le interesa al infante como un ser humano, con capacidades de las que
él carece. Un sueño es el hecho seleccionado que arranca al bebé de dentro del
cuerpo de la madre. Klein mencionaba a la palabra “mamá” (fabricante de sueños)
como aquella que ponía orden en la posición esquizo-paranoide.
[1] Nombre de pila alude al
bautismo y, por lo tanto, a la religión católica.
[2] La memoria se refiere al
pasado, la atención apunta al futuro.
[3] José Luis
Romero y Francisco Rodríguez Adrados (Democracia y literatura en la Atenas
clásica) tienen una tesis semejante acerca de cómo, en la ciudad griega, la
estructura democrática favoreció los argumentos de los ciudadanos en el ágora y
permitió el desarrollo de las formas del arte contemporáneo (la retórica, el
teatro), el desarrollo filosófico, el desarrollo de la ciencia y por extensión
influyó decisivamente todo el pensamiento occidental.
[4]
La supervisión es a la vez una práctica tan enriquecedora como incómoda. La
finada y eximia analista, Elena Evelson, me dijo en dos ocasiones: “Eso no es
una interpretación, es un piropo”, en la otra “usted no describe, aconseja”.
[5]
Esto equivale a decir que sueña
[7]
También tiene in mente el retículo de Elliot Jacques, que incluye seis pasos y
describe el plan de acción de un investigador social, pero habría que
compararlos detenidamente. Allí E.J. se plantea cómo un científico social
desarrolla un trabajo dentro de una organización. Acá se trata de algo
equivalente: un plan de trabajo del analista.
[8]
Su obra “El proceso Psicoanalítico” es un desarrollo prolijo de Envidia y
Gratitud, obra famosa por sus revolucionarias novedades teóricas, que además
aporta hallazgos técnicos de enorme valor, que generalmente no se tienen en
cuenta.
[9] Paris, había nacido con un presagio parecido a Edipo,
iba a llevar a Príamo a la muerte, por lo cual el padre decidió mandarlo matar.
El filicidio no se consuma. Ya mayor, debe elegir a la más bella entre las tres
diosas: Hera, Palas y Afrodita, que intentan sobornarlo para ganar. Gana Afrodita,
que promete a Helena como recompensa. Va entonces junto a Eneas a la corte de
Menelao, quien debe ausentarse de su ciudad.
Paris aprovecha ese momento para seducir a Helena y la lleva a Troya, lo
que desemboca en la guerra y muerte de su padre.